El pueblo de Vilablareix en Girona, tenía previsto un crecimiento residencial hacia al sur de su núcleo antiguo. El paisaje productivo de la zona se caracteriza por un mosaico agrícola de cereales moteado por cajas arbóreas ordenadas que enfatizan con su altura, el llano de los campos.
El parque se coloca a lo largo de 500 metros en límite entre el área residencial e industrial del ensanche actuando como área de esponjamiento entre ambas y siguiendo el curso del antiguo río Güell, actualmente desviado antes de entrar en la zona, pero que conserva una abundante vegetación de ribera.
El parque se ideó como un sistema de terrazas aluviales dispuestas paralelamente al río que permitieran aumentar la capacidad hidráulica del curso del agua. De este modo, el espacio se sitúa a unos 2 metros por debajo de la calle perimetral que a su vez contiene unas barreras vegetales que separan el parque de la industria.
Photographies: Manuel Ruisánchez, Landezine