La reforma de la Marina del Port Vell actualiza y moderniza sus infraestructuras y equipamientos. Con este objeto se rehabilitan y construyen 16.000 m2 de muelles y pantalanes y se proyectan dos nuevos edificios sobre el agua que dan servicio a los usuarios y visitantes de la marina.
Los equipamientos tratan de establecer un vínculo estrecho con el paisaje urbano y con las otras “arquitecturas” que los rodean: los barcos. Situados sobre el agua, a un nivel inferior respecto al espacio público circundante, los edificios minimizan su presencia. Su apariencia ligera y su composición sencilla y elegante los relacionan con el lugar que ocupan en la ciudad, a medio camino entre los edificios portuarios y la arquitectura monumental del Pla de Palau.
Con este propósito, y con la voluntad de controlar y aprovechar la luz solar (multiplicada por el efecto del reflejo sobre el agua), los edificios se envuelven en una celosía de hormigón que conforma los espacios de transición entre el exterior y el interior. Se crean así zonas intermedias de sombra que protegen a los usuarios y ayudan a regular, de forma pasiva, el control climático de los edificios.
El edifico de entrada de la marina, de planta baja, se sitúa más próximo a la ciudad. En este caso, la celosía de hormigón conforma no solo las fachadas, sino también la cubierta y el atrio de entrada.
El edificio de servicios, de dos plantas, busca una posición más alejada entre los barcos de mayor eslora. La celosía se despliega por sus tres fachadas principales interrumpiéndose en función de la necesidad del control sobre la luz, el programa del interior del edificio y la presencia de las magníficas vistas hacia la ciudad.
Photography: Anna Pericas, Adrià Goula.