El edificio del Campus de les Terres de l'Ebre es de planta cruciforme con un larguísimo desarrollo de fachada respecto a la superficie en planta. La fachada incorpora una imagen geométrica que sugiere una superficie trenzada continua, que se consigue con la configuración de un relieve muy pronunciado en el negativo del molde. Partiendo de una modulación inicial de 1,2 x 1m. se configuran dos familias de piezas: de las continuas y cerradas hasta las caladas a modo de celosía, con un total de nueve patrones tipológicos distintos.
La característica más importante de esta obra es el revestimiento de hormigón arquitectónico que actúa como una fachada ventilada pesada y de gran formato. Por otro lado es de destacar que el relieve geométrico superficial de los paneles no tiene ángulos de desmoldeo, manteniendo las aristas vivas en toda la superficie.
El acabado superficial es de color gris granítico, ligeramente decapado. La superficie total instalada es de 3960 m2.