Diego Fortunato nació en una magnífica noche austral en la ciudad de Buenos Aires en 1910. Su producción, en principio de series limitadas y piezas únicas, se convierte en una segunda etapa en industrial. Su aportación principal es que trata a cada objeto o mueble como una forma-función total, cuyas partes están completamente interrelacionadas, alejándose de fragmentaciones arbitrarias e innecesarias que fisuren el concepto inicial. Desde una mirada intuitiva, la percepción de cada pieza se da de una manera inmediata y unitaria, gracias al diálogo conciliador que activa el artista entre el gesto propio del cuerpo humano y la estructura geométrica propuesta. el protagonista real de las propuestas de D.F. es quien convive con ellas. Es por ello que la intención primera remite a la función y paralelamente a proporcionar sensaciones relajadas y reposadas, envueltas en un halo de cierto misterio a quienes hacen un uso cotidiano de tales elementos. el punto de partida hacia la consecución de tales objetivos lo expone D.F. en sus propias palabras: el concepto de "artificial" no existe. Siendo el hombre natural, todo lo que sus manos o intelecto o como lo quieras llamar produzca es, por defecto, "natural".
Texto: Tània Costa
