El Paseo Marítimo de Marqués de la Hermida supone un cambio fundamental en el extremo oeste de la fachada marítima de Santander y la dársena de Maliaño. Los diferentes usos se organizan lo largo de los 625 metros lineales de paseo articulando una serie de microespacios de relación.
Lo más destacable del lugar antes de la construcción del Paseo Marítimo, eran los usos portuarios pesqueros que se conservaban en el frente del cantil.
La propuesta plantea una transformación integral del lugar poniendo en valor la convivencia con los usos portuario-pesqueros tradicionales, y devolviéndole parte del aspecto natural que algún día perdió convirtiéndolo en un arenal artificial.
Escofet ha participado con las farolas Lola, cuyas luminarias cilíndricas de color blanco aportan identidad al espacio.