La remodelación de la calle Galió transforma la sección en una plataforma única para un uso eminentemente peatonal y circulación restringida de vehículos. Manteniendo el arbolado existente, la reforma convierte este ámbito en un gran salón con una franja central drenante (Sistema Urbano Drenaje sostenible -SUDS) y ajardinada con especies autóctonas que delimitan pequeñas zonas de esparcimiento.
Los bancos Sócrates con los accesorios de madera Longo instalados en esta franja, junto con las balizas Quake y las papeleras Morella, se integran en las zonas de descanso formando pequeñas plazas alternadas con plantación de especies arbustivas no alineadas y arbolado de menor porte.
Las características pantallas blancas de las farolas Lola, alineadas a ambos lados de la calle, refuerzan la estructura lineal de la calle flanqueada por edificios de muy diversa tipología, con altura y alineación muy desiguales.